Durante varios días, los colegios participantes dieron vida a una sede marcada por el entusiasmo de los niños, el compromiso de los entrenadores y el apoyo constante de las familias. Cada encuentro fue una muestra de esfuerzo, amistad y alegría, reflejando el verdadero espíritu que caracteriza a la Copa PFalimentos.

La final, disputada con gran intensidad, tuvo como protagonistas al Colegio Rauquén, que se consagró campeón tras una definición a penales, demostrando garra, talento y unión de equipo. Pero más allá del resultado, lo más importante fueron los niños, quienes con su energía y entusiasmo convirtieron cada partido en una verdadera fiesta del deporte escolar.

Queremos agradecer profundamente a todos los que hicieron posible esta sede: a los colegios participantes, profesores, entrenadores, árbitros, familias y al equipo organizador, por su entrega y apoyo constante. Sin cada uno de ellos, esta experiencia no habría sido posible.

La sede de Curicó reafirma una vez más la importancia de generar estos espacios que promueven el deporte, la sana convivencia y los valores que inspiran a futuras generaciones. La Copa PFalimentos sigue consolidándose como una instancia de encuentro y aprendizaje, donde el fútbol se convierte en una herramienta de unión y crecimiento para los niños de todo Chile.